Mientras que la estética de un sitio web es la cara visible y atractiva para el usuario, es solo la punta del iceberg. Más allá de la apariencia, la verdadera esencia de una página web reside en su capacidad para atraer y retener clientes, y en el poder que tiene para expandir y perfeccionar el mercado al que se dirige.
Así, una página web eficaz no solo muestra de manera atractiva los productos y/o servicios del cliente, sino que también actúa como una herramienta estratégica para generar negocios, ampliar la base de clientes y consolidar la lealtad del mismo. En otras palabras, lo que está debajo de la superficie, la programación y funcionalidad del sitio, es lo que realmente potencia el éxito y crecimiento de un negocio en línea.